Debemos tener en cuenta aspectos como la proximidad al entorno en el que ha estado el anciano y a la familia. Tendremos que pensar que tendrán horas o días para salir a pasear y les gustará volver a ver su barrio y a sus amigos. Es además, una opción importante para los que quieran acudir a verles a la residencia puesto que si elegimos una que se encuentre alejada tendremos que tener en cuenta todas las horas de camino hacia ella en coche y el gasto personal y económico que esto supone. El estado de salud de nuestro anciano también dependerá de la residencia que vayamos a elegir. Si su estado es muy complicado tendremos que elegir entre las más especializadas. El horario deberá ser flexible y adecuado, tienen que ser horarios que nos permitan poder compaginar las visitas con nuestro trabajo. En cuanto a las instalaciones tendremos que comprobar in situ su estado y calidad. En la mayoría de las residencias ofrecen visitas guiadas para que podamos ver de primera mano dónde vamos a ingresar a nuestro anciano.
La principal característica y la que nos ayudará a diferenciar claramente estas dos instituciones es el tiempo de permanencia del anciano en cualquiera de ellas. Mientras que en una residencia el anciano recibirá atención durante las 24 horas en un centro de día habrá un horario específico.
Además de todas aquellas actividades destinadas a prevenir o paliar su enfermedad, a potenciar sus habilidades cognitivas y físicas tendrán actividades ”extra”. Desde juegos de mesa en los cuales tendrá que prestar atención a actividades como clases de baile sencillas o gimnasia. También disfrutarán de actividades al aire libre como excursiones, ejercicios siempre planeados por especialista. La oferta de actividades dependerá también de la residencia.
No nos podemos comparar con el inmenso cariño y amor que les da un familiar, pero hay ciertas enfermedades que, llegado un punto, necesitan casi una atención constante de 24 horas diarias. Lo cual en muchos casos no es posible ya que los cuidadores trabajan, tienen hijos que atender o el anciano se puede volver violento. En las residencias recibirán esta atención y con profesionales expertos en todas las áreas. Al aire libre, se organizan pequeñas excursiones en las que las personas mayores puedan caminar al aire libre, o hacer ejercicios coordinados con un especialista.
La residencia Sant Antoni de Pàdua cuenta con cocina propia en la cual se elaboran las dietas de los residentes de ambas residencias tanto Sant Antoni como La Bordeta.
Para la solicitud de la plaza se ha de contactar con el trabajador social de cada residencia y centro de día. Les informará sobre todas las dudas que tengan respecto al ingreso.
En caso que no haya disponibilidad de plazas en el momento el trabajador social se lo comunicará y podrán optar a entrar en una lista de espera para acceder a la plaza.
Sí, cada persona puede disponer de dinero y de bienes personales para hacer más amena su estancia en el centro.
Conocer el momento adecuado para ingresar a nuestros mayores a una residencia es complicado. Para tomar la decisión sobre el posible ingreso del anciano a una residencia debemos hacernos algunas preguntas sobre la vida diaria de nuestro ser querido. ¿Necesita ayuda con las tareas diarias? ¿Tiene una dieta difícil de satisfacer en el núcleo familiar? ¿Necesita cuidados regulares de enfermería? ¿Su médico de cabecera le recomendó el ingreso a una residencia? Si la respuesta a la mayoría de las preguntas es afirmativa es el momento adecuado de plantearse el ingreso a una residencia o un centro de día.